miércoles, 20 de abril de 2011

INTOXICACIÓN ALIMENTICIA

Cuando alguien tiene algo así, uno se imagina de inmediato la situación como algo realmente osado y atrevido. Imaginamos los mentos, la coca-cola, los nachos con chilli, la nata en el gofre, todo junto, a las 2 de la mañana, ocasionando una parada, por lo menos de la consciencia y del decoro, considerable.
Pero no, apenas con un plato de pasta cargado la usuaria de este blog pasó la noche y el día de ayer agonizando por casa. Y es que los gnochis de los restaurantes turcos de aquí pueden ser muy duros.
Con la personalidad diurna, despertarse a las 3 de la mañana y tomar la decisión de aprovecharlo como una oportunidad es peligroso cuando trabajas al día siguiente y tu estómago se mueve como si fueras Kane de Alien, pero eso decidí, encendí el ordenador, final cut, text edit, y a llamar musas.
Pero las musas estaban bien, no tenían ninguna intoxicación, así que ninguna vino a hacerme compañía. Debí haber probado con la primera elección, el baile de los Hoompa Loompas.
Pero no estuvo todo perdido, los bloqueos del escritor suceden de día o de noche, cuanto antes mejor para seguir adelante. Lo malo fue el darme cuenta a las 7:00 de la mañana de que no había dormido, empezaba a trabajar a las 9:00 y a las 12:00 teníamos una prueba de maquillaje para el corto.
Bueno, pues adelante con ello.

¿Consecuencias? Toda la tarde con mi estómago hablando hebreo.
No comáis gnochis, son tan malos como deliciosos. Matan hígados, estómagos y neuronas, estoy segura.