Hacía mucho que no pensaba en mis 5 principales...
Es lo que ha supuesto el cambio tecnológico. Olvidas una de tus eternas películas favoritas, una de tus cinco principales, ¿por qué? porque está en VHS y ya no puedes verla porque te has mudado y allí no hay vídeo, porque eres una persona de provecho con el dinero justo para que tu tele y dvd sean un ordenador (y aparte, aquel cacharrito minúsculo que tus padres te han dejado que te lleves de tu antiguo cuarto para librarles de espacio) y todo lo que ves son las pelis que te bajas de Internet o que puedes sacar de la
a/ Biblioteca
b/ Escuela
c/ Universidad
...y esta nunca es una de ellas. No se sabe por qué, nunca hay una razón convincente para olvidar lo que nos gusta, pero pasa.
Pero entonces, de repente, un día quedas con un amigo al que hacía mucho que no ves. Él te acompaña a devolver una prenda de ropa que compraste por la euforia del consumismo y que, ya en tu casa, el lugar donde hay que hacer la compra y pagar las facturas, te hizo pensar que para qué necesitabas eso; y como has devuelto algo que no necesitas y él te ha ayudado a cumplir con esta buena acción contra las tiendas que absorben los cines, le acompañas donde quiera...
... y él quiere ir a la FNAC.
Y ahí no se trata de consumismo. Eres un adicto a los dvds desde que salieron. Eres un adicto al cine. No consumes por consumir, sabes que lo que compras lo verás, lo amortizarás, y que valdrá mucho más la pena que ese chaleco que devolviste.
Mientras paseas, todo te gusta, están todas esas películas que te encantan pero aún no te has comprado, todas las que te han recomendado ver y te apetece llevarte a casa, todas las que podías ver con tu amigo fulanito, todos los géneros que amas, todos los que odias... Todo (o casi)
Pero, sobre todo, está él.
Lo ves en una de las baldas de las comedias americanas, donde no hay nadie, ignorada, como una mujer guapa aunque algo regordita en la barra de un bar, llamándote con la mirada, aunque avergonzada por si puede ser rechazada...
Y yo no voy a rechazarla. Abandono de inmediato la compañía de mi amigo para abrazar mi gordita de bar, sólo que es plana y pequeñita, y tiene varias cabezas de John Cusack rodeadas por un dvd naranja que envuelve eso que ansías, eso que nadie está mirando y no entiendes:
Alta Fidelidad.
Y, claro, la gordita del bar, a la larga, es la novia, es para siempre. Y Alta Fidelidad también. Así que, aprobada por mi amigo (algo también muy propio de los liga-bares), me la llevo a casa para ser muy felices desde esa misma noche.
Así, casi por el mismo precio que una prenda de ropa que, al fin y al cabo, no necesitas, te has llevado a la gordita del bar, a su amiga por si la gordita falla (Mars Attack) y le has conseguido un ligue a tu colega (Atrapado en el tiempo) ...
Metáfora de la historia: ¡Dejad de comprar ropa que no os ponéis!
Y ved Alta Fidelidad, no es la mejor película de todos los tiempos (dicen) pero en una generación cercana a los 20 (incluso diría que antes o después), te llega, porque habla de todo ese rollo de las parejas, del estar o no estar, de volver sin motivos aparentes, de las fantasías, de los colegas...
Pero lo hace tan bien...
Escuchar el monólogo sobre la ropa interior de John Cusack (y todos sus "5 principales" a lo largo de la película, entre la música y las mujeres), vale los 6 euros que pagué incluso más
Un saludo a todos
pd: por cierto, tal como puse en la apuesta de los Oscar, me teñí el pelo de granate, pero apenas se nota y parezco una mezcla entre rojos, naranjas y negro... Muy goti-guay, supongo...
1 comentario:
Cuanta razón. Yo sólo voy a comprar ropa obligado, cuando el agujero del pantalón ya deja ver demasiado.
Y que buena Alta fidelidad, y que gran banda sonora...
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